Y el ansia de justicia es en el caso palestino, enorme. Porque enorme es el daño que ha causado Israel desde 1948 al pueblo y la tierra que ocupan.
La política de “tierra quemada” que practica el Gobierno de Israel mediante su aparato militar alcanza a los cultivos de olivo. Las fotos son de Jaume d’Urgell y permiten entender perfectamente los efectos de esas prácticas que acrecienta el mal ánimo, cuando no la rabia o la furia. Porque el objetivo es diezmar y sojuzgar a un pueblo y su cultura, valiéndose de la fuerza de guerra. No obstante, el problema para Israel y quienes le alientan es que ese pueblo no se deja sojuzgar y que esa cultura es compartida por millones de otros seres humanos que ven en la justa causa Palestina, también su causa.