jueves, septiembre 27, 2007

Roza... ¿Qué rosa?


Es una curiosidad toponímica y local –Insular-

En Fuerteventura hay varios parajes conocidos y rotulados –oficialmente- como Rosas (ver mapa en Google Maps)

Rosas hay muchas. Del Taro; de La Monja; de La Villa (por degeneración lingüística, Vila, como si fuera apellido o algo así)… Sigo con algunos nombres más. De Catalina García; de Los James; de La Arena… Y así. Todo Rosa de esto o de lo otro… De aquella o aquel…

Con motivo de algún Catastro o de otras labores topográficas, alguien –o algunos… no sé- tomó mal la nota o anoto mal y de roza pasó la cosa a rosa… Y tan feliz todo el mundo.

A mi me parece que el toponímico disparate es una ‘curiosidad’… Lamentable a estas alturas. Porque, la verdad, me parece una ‘curiosidad’ y un ‘particularismo’… analfabetizante. (Word se empeña en subrayar analfabetizante. Pero yo insisto. Porque igual que hay alfabeto hay analfabeto… Y lo mismo que está la alfabetización… bien puede estar –aunque mal- la analfabetización)

El castellano –por español- lenguaje que se habla en Canarias –o dialecto canario- tiene, entre otras, la característica del seseo. Las c y las z, las pronunciamos todas como eses (s). Esto es motivo -pienso yo- del cambio de Roza a Rosa.

Pero una cosa es que hablemos como hablamos y otra es que el concepto no es el mismo y dialecto es una cosa y ortografía es otra.

Yo invito a los Públicos organismos que corresponda –Cabildo de la isla y Gobierno Autónomo- a renombrar como es debido en ortografía y concepto. Aunque no sé si ellos se dejarán –invitar- Pero ‘nacionalistas’ que son quienes gestionan ahora los Órganos aquellos –nombrados- harían bien llamando a las cosas por su nombre. La toponimia no es gratuita. Todo tiene una historia. Y aquí –en la Isla- se trabajó rozando y en esos espacios abiertos a la agricultura o mejorados para ella… se ‘plantó’ la supervivencia. Y esto es bueno que se sepa así. Es bueno que la Roza de La Villa se denomine y se conozca así. Para que sepa la gente hoy... que ayer hubo alguna –segura- necesidad de mancomunar espacio para el comer… y el consiguiente trabajo sembrando, cultivando y recogiendo.

Roza de Catalina García, porque de ella fue, aunque no sé quién fue. Roza de Los James –parece que estos fueron ingleses- Roza de La Arena, porque no poca habría. Roza de La Monja, que por herencia la tendría… Y así.

Y es que en una isla tan árida –aunque preciosa- no podía haber tanta rosa… desde tanto tiempo atrás.




P.D. Hoy las rozas están plantadas -la mayoría de ellas- de residenciales habitáculos para humanos.



la foto es de Travelawyer








Mestisay. La rosa de los vientos






2 comentarios:

Reena dijo...

Es como cambiarle el nombre al Sebadal para ponerle Cebadal. Suena mas fisno :)

benito_reyes_vega dijo...

Si reena. Recuerdo cuando aun lo denominaban y rotulaban Cebadal. Y estuvo bien el cambio, pues de Sebas... Sebadal.

A ver si aqui también lo tienen a bien y cambian para que 'las cosas'... tengan el nombre y la denominación... correcta.