lunes, noviembre 01, 2010

De subvenciones y decir por decir...


«Dando subvenciones no generamos economía» (don Jorge Rodríguez, Canarias7)

Falso -me parece-... Los subsidios son una manera más de generar economía. Son una fuente de financiación que, bien enfocada, impulsa actividad y facilita el ejercicio productivo... En definitiva una forma de redistribución que, eso sí, según circunstancias -presupuestarias o de acceso al crédito- serán o no soportables y/o con un 'volumen' u otro.

Además de economía, ciertos subsidios generan equidad, favorecen la movilidad social y permiten cubrir necesidades básicas e impiden -o aminoran- pobreza y tendencia a la exclusión...

¿Entonces?... Respecto del señor Rodríguez, ni idea. Respecto de las subvenciones... Tienden a menos porque los presupuestos no son expansivos y merecen ser revisadas -en mi opinión el núcleo de interés del asunto- a fin de enfocarlas en la dirección conveniente -léase sectores y actividades- y durante el tiempo necesario para el fin propuesto...

Ayer se subvencionó el plátano, por ejemplo. Y tuvo algún sentido, supongamos. Hoy ese sector no parece que 'merezca', por desgracia, por consecuencia de la mundialización, por mero hecho competitivo... lo que sea. Hoy hay otros sectores o grupos de interés a los que dirigir la mirada: conocimiento, formación, formas limpias de generar energía... renta básica.

Los subsidios generan economía porque nacen de la economía para la economía. Aunque lo niegue el Consejero de Economía y Hacienda, y antes de empleo, y ahora también de Industria y Comercio... Y si lo niega, como dicen que dice; con todos los respetos, me parece que le queda ancho. muy ancho, el cargo.

Lo que no puede ser es "enterrar el dinero" en sectores y actividades imposibles o nada eficientes. Lo que no puede ser es subsidiar "sin tino" y menor control o a destiempo. Lo que no puede ser convertir las subvenciones en una trampa. Lo que no pueder ser es hacer de las subvenciones un medio de vida para empresas y organizaciones y administraciones varias, la pública incluída... Lo que no debería ser es tener un Consejero de Gobierno así de mal explicado...



la imagen, del blog: Luna y Dragón

3 comentarios:

Rojo de Diseño dijo...

Mi duda es si efectivamente las subvenciones generan economía....o simplemente generan amiguismos, falsas esperanzas, dependencias y sectores improductivos.
Efectivamente la parte social que tienen las subvenciones está clara...pero hasta que punto subvencionar actividades enteras, sectores enteros (improductivos, caducos, obsoletos y poco competitivos), como sucede en este país, puede hacer que mejore la economía.

Si un sector no funciona, no es competitivo o está obsoleto, las subvenciones no harán más que continuar la agonía, descapitalizando las arcas del Estado y maquillando las cifras del paro. Sin embargo si realmente el sector merece la pena, él solito debería mejorar productividad, rendimientos, producción..sin necesidad de ayuda extra.

Que pagamos todos y no entiendo bien el mecanismo por el que de mis impuestos se tenga que subvencionar la compra de coches (justo a los que si tienen dinero para comprar un coche), o ayudas a los bancos, cuando son éstos los que me están sangrando y crujiéndome (vale, se que el sistema financiero no debemos dejarlo caer...pero es que me da rabia, nada más) o a cualquier otro sector (lácteo, olivar, jornaleros, ong, fundaciones políticas, partidos políticos, sindictos, etc etc. todo está subvencionado...y así no se obliga a la necesaria modernización de cada sector que debe buscarse las vueltas para seguir en el mercado.
rojodediseno.blogspot.com

RouteroCantabria dijo...

Leído y apre-hendido. Me interesa sobre todo el control que de deben llevar aparejado esas subvenciones.El cumplimiento, merecimiento,producción o mejoras conseguidas,...incluso su retirada, denuncia o publicidad reconocida de su éxito o de su fracaso.La transparencia y reflexión es la máxima y lo mínimo exigible.

benito_reyes_vega dijo...

Sí, participo de la opinión de la necesidad del control y evaluación de las políticas de subvención, por supuesto. También pienso que no todas las subvenciones merecen permanencia.