"El medregal crece con hormonas" es título de una noticia de hoy, en el periódico La Provincia.
Se trata de un estudio que lleva a cabo el Instituto Canario de Ciencias Marinas con el objetivo de adquirir conocimientos que sean trasladables a empresas dedicadas a la acuicultura o cría de especies marinas en cautividad, alimentadas a base de harinas y piensos...
La noticia me ha sorprendido, en primer lugar porque crece el número de especies con las cuales se ejercitan prácticas, en mi opinión insostenibles, para la cría en cautividad, y en segundo lugar porque hasta donde conocía, la legislación de la UE y de España prohíben expresamente el uso de hormonas que estimulen el crecimiento de animales destinados al consumo humano...
Considero que cada vez se cuestionará más la actividad acuícola, por el alto coste medioambiental y para la salud, pues es de sentido común pensar en la cantidad de preparado hormonado que se perderá a través de los alambrados límites de las jaulas de engorde y que irán a conformar dieta de especies no cautivas que habiten en la zona en que estén instaladas aquellas, igual que es lógico elucubrar respecto de los efectos que pueda producir el consumo de pescado 'tratado' con estos métodos innaturales, imaginados sólo para la rentabilización máxima y en el menor espacio de tiempo.
Se trata de un estudio que lleva a cabo el Instituto Canario de Ciencias Marinas con el objetivo de adquirir conocimientos que sean trasladables a empresas dedicadas a la acuicultura o cría de especies marinas en cautividad, alimentadas a base de harinas y piensos...
La noticia me ha sorprendido, en primer lugar porque crece el número de especies con las cuales se ejercitan prácticas, en mi opinión insostenibles, para la cría en cautividad, y en segundo lugar porque hasta donde conocía, la legislación de la UE y de España prohíben expresamente el uso de hormonas que estimulen el crecimiento de animales destinados al consumo humano...
Considero que cada vez se cuestionará más la actividad acuícola, por el alto coste medioambiental y para la salud, pues es de sentido común pensar en la cantidad de preparado hormonado que se perderá a través de los alambrados límites de las jaulas de engorde y que irán a conformar dieta de especies no cautivas que habiten en la zona en que estén instaladas aquellas, igual que es lógico elucubrar respecto de los efectos que pueda producir el consumo de pescado 'tratado' con estos métodos innaturales, imaginados sólo para la rentabilización máxima y en el menor espacio de tiempo.
Mi verdad es que no me quedo tranquilo sabiendo que se invierte dinero público es hacer experimentos, científicos porque con método se realizan y se buscan resultados, pero innatural e insostenible.
Para saber más:- Riesgos sanitarios de los contaminantes y residuos químicos, medicamentosos y ambientales en los alimentos (Promotores del crecimiento, página 255)
- Carne y Hormonas
- Greenpeace... La industria acuícola y de engorde,: un reto de sostenibilidad
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