sábado, julio 14, 2007

Balos... un atentado desgraciado. Una política irresponsable



Balos es un barranco, en Gran Canaria.

Hay en Balos una representación de grabados rupestres de los canarios antiguos. Bueno... hubo. Porque de alguna manera y mediante mano humana, se destrozaron.

Esto ocurrió hace ya algunas semanas.

Indagando en busca de datos para justificar la importancia y trascendencia del hecho, encontré una fuente... El Boletín Oficial de Canarias.

En 2002, el Cabildo de Gran Canaria (por ciento invito a cambiar el diseño de la página) publicó Decreto en el Boletín, Disponiendo la delimitación del Bien de Interés Cultural denominado "Grabados Rupestres del Barranco de Balos".

En el anexo II del Decreto del Cabildo se justifica y ampara técnicamente la medida decretada.

Yo invito a leer el Anexo II (aquí) porque así podemos hacernos idea de la importancia de los rupestres grabados y de su significación histórica y etnográfica. Y también porque es muestra de una paradójica contradicción que afecta a la capacidad de la Administración, o lo que es lo mismo, de las personas que la integran.

El Decreto, y en concreto el Anexo II, ya he dicho que es una buena fuente documental para argumentar la importancia de mantener indemnes los Grabados, pero también es una fuente documental demostrativa de la incapacidad manifiesta de la Institución pública responsable.

Dicen en el Decreto que "En el estado actual de los conocimientos es sumamente complicado ofrecer una interpretación exacta de este conjunto arqueológico, si bien la opinión más generalizada lo relaciona con el ámbito de las prácticas mágico-religiosas, orientas a propiciar la fecundidad, de ahí la presencia de figuras humanas masculinas con los atributos sexuales tan netamente destacados.

Como sucede en muchas estaciones de grabados rupestres a los motivos originales se superponen otras inscripciones de distintas cronologías, algunas muy modernas junto a otras de mayor antigüedad. En la actualidad el yacimiento se encuentra vallado por motivos de seguridad, si bien puede solicitarse el acceso al Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo Insular de Gran Canaria.



Era el año 2002

Ahora está desgraciadamente claro que esa "actualidad" a la que se refieren en el Decreto fue efímera. O la valla no era suficientemente sólida o la obligación de velar por el patrimonio público es, en ocasiones, laxa. O las dos cosas. O los dioses y diosas decidido tenían que no perdurara el legado... O todo a la vez.


No obstante... la Administración ha fallado.


Sería justo, democrático... que la Administración, cuando es ineficiente e ineficaz -que ocurre, como sabemos- compensara a las personas, según dicen administradas, con algo o de alguna manera.

Igual que cuando se me olvida pagar un impuesto -por eso indeseado- el peso de la ley tributaria cae sobre mi, obligándome además a pagar un recargo por extemporáneo. Pues igual debería haber ley que fijara cómo debe la Administración compensar en casos como este. La Administración, es decir... las personas que en cada una -administración- tienen responsabilidad y por ello cobran, e incluso "disfrutan" -a su manera- del cargo público.



Lo perdido está perdido y del legado al menos quedan las imágenes y los textos; al fin y al cabo la historia no se detiene. Pero es cierto que la transparencia en la gestión es un elemento de convivencia importante, porque aporta seguridad y equidad, por tanto confianza, por tanto paz. Y por ser cierto debería materializarse un acto Administrativo, responsable, que explicara, más allá de la responsabilidad de los terceros actuantes en el atentado contra el Patrimonio histórico, su propia responsabilidad - la de la Administración- y, en su caso -probable-, dejación.


-soy un iluso... pero al menos queda... escrito-




las fotos las he obtenido de Azarug


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